martes, 31 de marzo de 2015

Héroes en el camino de la vida

Una de las preguntas que algunos jóvenes nos realizan con frecuencia a la hora hacer sus proyectos de vida, sobre todo cuando se les hace la invitación a un proyecto de vida sacerdotal, es: ¿cómo seguir anunciando algo que aparentemente ya nadie escucha? o en otras palabras, ¿cómo hablar de esperanza a este mundo tan difícil, tan violento, tan cruel? Y es que no es para menos, muchos jóvenes viven situaciones difíciles en sus casas, en la escuela o en el trabajo. Yo creo que esta pregunta del como contagiar al mundo de esperanza, debería de estar en la cabeza de todos aquellos que nos decimos personas y más concretamente Cristianos. El mundo necesita de hombres y mujeres comprometidos verdaderamente con la vida y con todo aquello que sea en favor de salvaguardar su dignidad.

Hace unos días alguien me preguntaba que si yo pudiera ser un héroe, a cual me quisiera parecer. En el momento no mencione a alguien en concreto, y es que son tantas figuras a lo largo de la historia que no supe por cual decidirme. Hoy, pensándolo mejor, me gustaría mencionar dos ejemplos extraordinariamente insólitos y tan poco recordados.

El primero es el caso de Wu Bin, un conductor de un autobús en China, que al ir conduciendo con 24 pasajeros a bordo, recibió un impacto de escombros de hierro que atravesaron el parabrisas y se le incrustaron en el pecho. Todo apuntaba a que Wu Bin moriría y con él las 24 personas que estaban en sus manos; pero en un acto heroico, Wu Bin lograría lo que muy pocos harían en los momentos más difíciles de prueba, conservaría la calma a pesar del dolor, frenaría a tiempo y alertaría a los pasajeros de bajar con cuidado para no ser atropellados. Wu Bin murió después del accidente, pero todos estaremos de acuerdo en que vive en cada una de esas 24 almas. Dicen que se puede reflejar en la muerte como es que uno vivió; su hermana mayor lo describe así: "Él respetaba a sus padres y era un buen progenitor y un modelo como marido" y nosotros podríamos decir que es un héroe, un héroe silencioso que con su muerte nos enseña a respetar lo más valioso para nosotros que es la vida.

Otro de los casos también recientes es el de un bebe, en la provincia de Zhejiang también en China, este pequeño fue encontrado atrapado en la cañería de un edificio de Pujiang, algunos escucharon el llanto y rápido buscaron ayuda, el pequeño estaba en una cañería de 10 centímetros de diámetro, tuvieron que cortarla y así poder salvarle; “está vivo” fue lo primero que se escuchó de una voz de quien lo había salvado. La pregunta es: ¿quién salvo a quién? Este niño nos enseñó que para ser un héroe no se necesita un cuerpo súper dotado, ni siquiera dinero o una gran capa, este pequeño nos demostró que lo único que se necesita es aferrarse a la vida aunque solo se pese 2.3 kilos y se mida 30 centímetros. Este pequeñín sin nombre, nos dice que defender la vida, es más cuestión de coraje que de derechos, más que una cuestión de respeto de la “pseudolibertad” de elegir de la mujer, nos demuestra que ella no tiene la última palabra, que tal vez una madre no quiera tener un hijo, pero a pesar de dejarle a su suerte, no es ella quien decide sobre la vida de este. El héroe sin capa nos rescata del pesimismo de vivir, y del atropello de dejarse morir ante las dificultades.

Como vemos, ser héroe es ser mensajero de esperanza; es más que un reconocimiento, es un acto ante todo de amor; llevar esperanza es más que hablar bonito, es testimoniar con nuestra propia vida o “muerte” que estamos hechos ante todo para la vida, y pongo muerte entre comillas, porque la esperanza, como Wu Bin, no puede morir, morirá solo en la indiferencia de aquellos que no valoran la vida, morirá en aquellos que viven salvaguardándose solamente a ellos mismos, tal vez este conductor chino entendía que no valía la pena morir acompañado, que más valía morir solo, pero con las manos llenas de vida, tal vez el pequeño sin nombre era tan joven que no sabía cómo morir,  estaba tan vivo para demostrarle al mundo que la muerte no tiene siempre la victoria como la sociedad lo grita en las noticias o en los anuncios.

Cuentan que cuando lograron sacar al pequeño, este todavía tenía el cordón umbilical. Tal vez no estaba conectado a un seno para alimentarse, pero ojalá y nos preste ese cordón umbilical para que nosotros los hombres, nos amarremos cada vez más a la vida de cada uno de los que nos rodean, no le hace que pesen 2.3 kilos o menos. 

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